¿Qué causa la inflación y cómo afecta a los mercados y a los traders?

Inki Cho
Estratega senior de mercados financieros
¿Qué es la inflación y cómo moldea los mercados? Inki Cho, experto en trading de Exness y analista de mercados, desglosa los principales factores detrás de la inflación y ofrece estrategias prácticas para ayudar a los traders a navegar su impacto en los mercados financieros.
La inflación es un factor económico crítico que influye en los mercados, los traders y los consumidores. Se refiere al aumento gradual de los precios de bienes y servicios a lo largo del tiempo, lo que reduce el poder adquisitivo del dinero. Para los traders, la inflación introduce volatilidad e incertidumbre, afectando las ganancias corporativas, la dinámica del mercado y las tasas de cambio. Comprender las causas fundamentales de la inflación—que van desde factores de demanda y oferta hasta cambios en la oferta monetaria—es esencial para navegar sus efectos. Este artículo explora la mecánica de la inflación, sus causas y cómo moldea los mercados, guiando a los traders hacia estrategias más informadas durante períodos inflacionarios.
Contenido
- ¿Qué es la inflación?
- ¿Qué causa la inflación?
- Cómo la inflación impacta a los consumidores y a las empresas
- ¿Cómo afecta la inflación a los traders y al mercado de divisas?
- Hiperinflación vs. deflación
- Estrategias de inversión durante la inflación
- Cómo operar durante la inflación
- Puntos clave
- Tomando acción: Navegando la inflación con confianza
¿Qué es la inflación?
La inflación es un fenómeno caracterizado por un aumento sostenido y generalizado de los precios de bienes y servicios dentro de una economía a lo largo del tiempo. En términos simples, denota una disminución en el valor del dinero, lo que resulta en la capacidad de comprar menos bienes y servicios con la misma cantidad de moneda. Por ejemplo, si una lata de Coca-Cola costaba $1 el año pasado y ahora cuesta $2, esto ejemplifica la inflación.
¿La inflación es buena o mala?
La inflación puede ser tanto buena como mala, dependiendo de su tasa y estabilidad. Una tasa de inflación moderada y estable generalmente se considera beneficiosa para la economía. Fomenta el gasto y la inversión, ya que los consumidores y las empresas esperan que los precios aumenten gradualmente, lo que hace ventajoso comprar bienes o invertir antes que después. Esto estimula el crecimiento económico y ayuda a evitar la estancación que puede ocurrir en un entorno deflacionario. Los bancos centrales a menudo tienen como objetivo una tasa de inflación anual moderada, generalmente alrededor del 2%, para mantener un equilibrio entre el crecimiento y la estabilidad de los precios.
Sin embargo, si la inflación se vuelve demasiado alta o impredecible, puede tener consecuencias negativas. La alta inflación erosiona el poder adquisitivo, lo que significa que los consumidores pueden comprar menos bienes y servicios con la misma cantidad de dinero. De este modo, los ahorros se ven afectados y se reduce la confianza en la economía de forma general. Si las tasas de inflación suben demasiado rápido, las empresas empiezan a tener dificultades para hacer frente al aumento de los costos de producción, lo que puede llevar a una espiral económica descendente. Demasiada inflación también da lugar a mayores expectativas inflacionarias, lo que provoca un aumento aún mayor de los precios a medida que las empresas y los trabajadores ajustan su comportamiento para adaptarse al incremento de los precios. En tales escenarios, mantener la estabilidad económica se vuelve más difícil.
¿Qué causa la inflación?
Un solo factor no causa la inflación. La inflación tiende a ser causada por alrededor de cinco aspectos diferentes.
- Inflación por demanda: Los aumentos rápidos de precios pueden surgir cuando la demanda de bienes y servicios supera la oferta disponible, lo que hace que los precios suban. Este escenario por lo general ocurre cuando crece la demanda de un producto muy buscado, lo que lleva a un incremento en su precio.
- Inflación por costos: En respuesta al aumento de los costos de producción, especialmente de materias primas o mano de obra, las empresas ajustan sus precios para compensar. Por ejemplo, la suba en los precios del petróleo eleva los costos de transporte, y por consecuencia las empresas incrementan los precios de los productos.
- Inflación importada: Cuando el costo de los bienes o servicios importados aumenta, impacta en los precios internos. Los países que dependen en gran medida de las importaciones son especialmente susceptibles a esta forma de inflación.
- Aumento de la oferta monetaria: Cuando los bancos centrales imprimen dinero en exceso, el valor de la moneda disminuye. Esto resulta en precios más altos a medida que el dinero pierde su poder adquisitivo. En un escenario donde la oferta monetaria se expande, el valor de la moneda se reduce, lo que lleva a un aumento de la inflación.
- Expectativas de inflación: Las expectativas inflacionarias anticipadas entre el público sirven como un catalizador para la inflación. Este fenómeno se caracteriza por aumentos preventivos de precios por parte de las empresas en anticipación de la inflación futura, así como un crecimiento en las demandas salariales por parte de los trabajadores, ambos factores que contribuyen a la suba de los precios.
¿Qué es lo que causa mayor inflación?
Según el análisis anterior, las causas de la inflación pueden variar dependiendo de la situación, siendo la inflación por demanda y la inflación por costos factores que a menudo desempeñan un papel crucial. Además, la política monetaria del gobierno y las fluctuaciones en los precios globales del petróleo pueden afectar significativamente los patrones inflacionarios.
Cómo controlan los bancos centrales la inflación
Los bancos centrales, como la Reserva Federal, desempeñan un papel fundamental en el control de la inflación a través de la implementación de políticas monetarias. Una de sus principales herramientas es ajustar las tasas de interés. Un banco central puede reducir el endeudamiento y el gasto al aumentar las tasas de interés, lo que ayuda a enfriar una economía sobrecalentada y a combatir una alta inflación. Además, los bancos centrales utilizan operaciones de mercado abierto, comprando o vendiendo valores gubernamentales para influir en la oferta monetaria, y ajustando los requisitos de reserva, que dictan la cantidad de capital que los bancos deben mantener en reserva. Estas acciones, en conjunto, ayudan a regular la actividad económica, garantizando una tasa de inflación más estable y evitando los efectos dañinos de una inflación alta y sostenida.
Inflación global: cómo varía la inflación entre los países
La inflación varía significativamente entre los países debido a una serie de factores, como las políticas económicas, la estabilidad de la moneda y eventos externos como guerras o pandemias. Algunos países experimentan una inflación moderada, donde la tasa de inflación se mantiene relativamente estable, fomentando una actividad económica saludable sin erosionar demasiado el poder adquisitivo. Por ejemplo, economías avanzadas como Estados Unidos o Alemania tienden a tener bancos centrales que supervisan y controlan de cerca la inflación ajustando las tasas de interés y gestionando la oferta monetaria. Por otro lado, países con monedas inestables o políticas económicas más débiles, como Venezuela o Zimbabue, a menudo enfrentan una inflación más alta o incluso hiperinflación, donde los precios suben rápidamente, haciendo que los bienes y servicios cotidianos sean inasequibles. Los eventos globales, como el aumento de los precios de la energía o las interrupciones en la cadena de suministro, también pueden llevar a la inflación por costos, ya que los costos de producción aumentan y las empresas trasladan estos costos a los consumidores, lo que provoca aumentos de precios en general.
También se pueden observar diferentes tipos de inflación, como la inflación por demanda, a nivel global, donde una mayor demanda de bienes y servicios supera la oferta, lo que conduce a precios más altos. Los países que dependen en gran medida de las importaciones son más susceptibles a estos cambios de precios, especialmente cuando fluctúan los precios de la energía. Además, los gobiernos utilizan herramientas como el Producto Interno Bruto (PIB) y las estadísticas laborales para medir la inflación y seguir cómo los aumentos de precios afectan a la economía con el tiempo. Sin embargo, la inflación real que experimentan los consumidores puede diferir debido a las variaciones en el costo de vida y la disponibilidad de bienes. A medida que los países responden a las presiones inflacionarias, los bancos centrales aumentan las tasas de interés para frenar el flujo de más dinero en la economía, buscando estabilizar la inflación sin dañar el crecimiento económico.
Inflación en mercados emergentes vs. mercados desarrollados
La dinámica de la inflación varía significativamente entre los mercados emergentes y las economías desarrolladas, en gran parte debido a las diferencias en la estructura económica, la estabilidad y la exposición a factores globales. En los mercados emergentes, la inflación ocurre con mayor frecuencia, ya que estas economías son a menudo más vulnerables a factores externos como la escasez de suministros o los cambios en los precios globales. Los países en desarrollo suelen depender en gran medida de los bienes importados y, por lo tanto, son más susceptibles a la inflación importada, que surge cuando se interrumpen las cadenas de suministro globales o cuando hay pocos bienes disponibles para satisfacer la demanda interna. Como resultado, las presiones inflacionarias pueden aumentar rápidamente, lo que lleva a un incremento en los precios al consumidor y erosiona el poder adquisitivo. Además, los mercados emergentes a menudo enfrentan dificultades con el crecimiento salarial, lo que significa que los salarios no aumentan tan rápido como la inflación, causando una presión significativa sobre la economía doméstica.
En contraste, las economías desarrolladas tienden a tener tasas de inflación más estables, impulsadas principalmente por factores internos como el gasto interno de los consumidores, el crecimiento salarial y el gasto público. La inflación en estas economías a menudo está vinculada a factores de demanda, donde un aumento en la demanda de bienes y servicios eleva los precios. Sin embargo, los mercados desarrollados tampoco son inmunes a los choques externos. La escasez de suministros o el aumento de los precios globales de la energía también generan presiones inflacionarias, aunque sus productores nacionales más fuertes y sus herramientas fiscales y monetarias más avanzadas pueden gestionar mejor estos desafíos. En algunos casos, surge una espiral salarial-precio si el crecimiento salarial supera la productividad, generando mayor inflación a medida que las empresas aumentan los precios para cubrir los mayores costos salariales. Esta dinámica se desarrolla de manera diferente entre estos dos tipos de economías, pero ambas se ven afectadas por el delicado equilibrio entre el crecimiento económico y el control de la inflación.
Cómo la inflación impacta a los consumidores y a las empresas
La inflación afecta de forma significativa a los consumidores y a las empresas, impactando en su capacidad para comprar y vender bienes y servicios. Para los consumidores, la inflación de precios disminuye el poder adquisitivo. En otras palabras, pueden permitirse menos bienes y servicios a medida que suben los precios. Como resultado, el gasto de los consumidores suele disminuir, especialmente en artículos no esenciales, a medida que los hogares ajustan sus presupuestos para hacer frente a los costos más altos. Cuando los precios suben demasiado rápido, los trabajadores comienzan a exigir salarios más altos para mantenerse al día con el costo de vida, lo que contribuye aún más a la inflación si las empresas responden aumentando los precios para cubrir los mayores gastos laborales.
Para las empresas, la inflación aumenta los costos de producción, especialmente los de las materias primas y la mano de obra. Las empresas se ven obligadas a subir los precios de sus bienes y servicios para mantener los márgenes de ganancia, trasladando la carga de los mayores costos a los consumidores. Sin embargo, estas medidas pueden reducir la demanda, lo que lleva a posibles recortes en la producción. Los cambios en los precios también generan incertidumbre para las empresas, dificultando la planificación de inversiones a largo plazo o el mantenimiento de operaciones estables. En algunos casos, la inflación es capaz de desencadenar una espiral salarial-precio, donde los trabajadores exigen salarios más altos y las empresas suben los precios en respuesta, creando un ciclo auto reforzado de aumento de costos en toda la economía.
¿Cómo afecta la inflación a los traders y al mercado de divisas?
La inflación en los mercados financieros introduce incertidumbre, lo que representa desafíos para los traders. El aumento de los costos afecta la rentabilidad corporativa, y en consecuencia lleva a la inestabilidad en el mercado de valores. Por lo tanto, los traders deben mantenerse notablemente receptivos a la volatilidad de los precios durante los períodos de inflación.
Las altas tasas de inflación afectan significativamente los tipos de cambio. En el mercado de divisas, los países que experimentan una alta inflación observan una depreciación de su moneda. Para contrarrestar la inflación, los bancos centrales a veces optan por aumentar las tasas de interés, una medida que puede fortalecer la moneda.
Cuando las tasas de interés aumentan, por lo general hay un crecimiento correspondiente en el valor de la moneda de un país en el mercado de divisas. Las tasas de interés más altas actúan como un imán para las inversiones extranjeras en busca de retornos más favorables, lo que resulta en una apreciación de la moneda.
Inflación y salarios: ¿Los sueldos se mantienen al ritmo?
La relación entre la inflación y los salarios es importante para determinar si los ingresos de las personas se mantienen al ritmo del aumento de los precios. Idealmente, cuando aparece la inflación y los precios al consumidor aumentan, los salarios deberían subir de manera similar para mantener el poder adquisitivo. Sin embargo, esto no siempre es así. Si el aumento de los salarios no coincide con la velocidad con la que suben los precios, los trabajadores experimentan una reducción en el poder adquisitivo porque no pueden permitirse los mismos bienes y servicios con su ingreso. Este desequilibrio se agrava cuando la oferta monetaria aumenta, alimentando la inflación sin un crecimiento salarial correspondiente. Si bien los salarios más altos son necesarios para compensar el impacto de la inflación, si suben demasiado rápido, pueden contribuir a una mayor inflación, ya que las empresas suben los precios para cubrir los costos laborales más altos. Esta dinámica crea un equilibrio desafiante entre gestionar el aumento de los precios y mantener la asequibilidad de los bienes cotidianos para los trabajadores.
Hiperinflación vs. deflación
La hiperinflación y la deflación son dos fenómenos económicos extremos pero opuestos, con consecuencias de gran alcance. La hiperinflación ocurre cuando los precios suben de manera incontrolada, lo que lleva a una rápida y severa erosión del valor del dinero. Esto suele ser el resultado de una oferta monetaria excesiva, políticas fiscales deficientes o crisis como guerras y desastres naturales. Un famoso ejemplo es la República de Weimar a principios de la década de 1920, donde la tasa de inflación anual se disparó, causando que los precios se duplicaran cada pocos días. En contraste, la deflación es una disminución sostenida en el nivel general de los precios de bienes y servicios, a menudo impulsada por un colapso de la demanda, lo que lleva a una reducción en el gasto de los consumidores y a la caída de los salarios. La “Década Perdida” de Japón en el año 1990 es un ejemplo conocido de deflación, donde las caídas persistentes de precios sofocaron el crecimiento económico. Tanto la hiperinflación como la deflación desestabilizan las economías al interrumpir el consumo, la inversión y el gasto público.
Estanflación: ¿Qué sucede cuando la inflación y el desempleo aumentan junto
La estanflación es una rara y preocupante condición económica en la que la alta inflación coincide con el aumento del desempleo y el estancamiento del crecimiento económico. A diferencia de la inflación típica, que puede resultar del aumento de la demanda agregada, la estanflación a menudo es provocada por choques de oferta, como un aumento en los precios de la energía o desastres naturales, que reducen la capacidad de la economía para producir bienes mientras ocurre la inflación. Un ejemplo clásico es la crisis del petróleo de la década de 1970, donde los precios del petróleo en aumento y la escasez de suministro causaron que la inflación se disparara mientras el desempleo permanecía alto. En situaciones como estas, las herramientas económicas tradicionales, como el aumento de las tasas de interés, pueden agravar el desempleo, creando un difícil dilema para las políticas. El gasto gubernamental y las expectativas de inflación también juegan un papel clave en la exacerbación o mitigación de los efectos de la estanflación.
Estrategias de inversión durante la inflación
- Peores inversiones durante la inflación: El efectivo se considera una de las inversiones menos favorables durante los períodos de inflación, ya que su poder adquisitivo disminuye con el aumento de los precios. Del mismo modo, los bonos a tasa fija a largo plazo tienden a tener un rendimiento inferior en entornos inflacionarios. Cuando las tasas de interés aumentan, estos bonos se vuelven menos atractivos, resultando en una disminución de su valor.
- Mejores inversiones para mantenerse al ritmo de la inflación: Durante los períodos de inflación, los bienes raíces y el oro son comúnmente considerados opciones de inversión favorables. Los bienes raíces tienden a aumentar de valor con el tiempo, mientras que el oro se ve tradicionalmente como un activo confiable en tiempos de aumento de precios.
- Instrumentos y activos en los que invertir durante la inflación: Durante la inflación, es recomendable considerar la diversificación en activos como bienes raíces, oro, acciones de energía y materias primas. Además, los Bonos del Tesoro protegidos contra la inflación (TIPS, por sus siglas en inglés) pueden ser beneficiosos, ya que están diseñados para ajustarse con la inflación, proporcionando protección contra la erosión del poder adquisitivo.
Inversiones protegidas contra la inflación
Las inversiones protegidas contra la inflación son instrumentos financieros diseñados para ayudar a los inversores a preservar su poder adquisitivo durante los períodos de aumento de la inflación. Una opción popular son los Bonos del Tesoro protegidos contra la inflación (TIPS, por sus siglas en inglés), que son bonos emitidos por el gobierno que se ajustan en valor según los cambios en la tasa de inflación. A medida que los precios al consumidor aumentan, el valor principal de los TIPS crece, y los pagos de intereses, que se calculan como un porcentaje del principal, suben en consecuencia. Esto los convierte en una opción segura para los inversores conservadores que buscan protegerse contra la inflación sin exponerse a altos riesgos. Otras inversiones protegidas contra la inflación incluyen las materias primas, los bienes raíces y los fondos mutuos indexados a la inflación, que pueden proporcionar protección adicional al capitalizar activos que tienden a apreciarse cuando aparece la inflación.
Operaciones de CFD en refugios seguros
Las operaciones de CFD (Contrato por Diferencias) en refugios seguros pueden ser una forma efectiva para que los inversores protejan sus carteras durante los períodos de inflación. Los activos refugio tienden a mantener o aumentar su valor durante la incertidumbre económica, lo que los hace particularmente atractivos cuando la inflación erosiona el poder adquisitivo. Operar CFDs sobre estos activos permite a los inversores especular sobre los movimientos de precios sin poseer el activo principal, ofreciendo flexibilidad y apalancamiento. A continuación, algunos activos refugio comúnmente negociados como CFDs durante la inflación:
- Oro: El oro es históricamente conocido por mantener su valor durante la inflación, lo que lo convierte en un activo refugio popular. Los CFDs sobre el oro permiten a los inversores capitalizar las fluctuaciones de precio sin poseer físicamente el metal.
- Bonos del gobierno (TIPS): Los CFDs sobre bonos del gobierno protegidos contra la inflación, como los Bonos del Tesoro de los EE. UU. (TIPS), ofrecen una cobertura contra el aumento de los precios y la inflación.
- Franco suizo (CHF): El franco suizo suele ser visto como una moneda segura durante períodos de inestabilidad económica, lo que lo convierte en una opción popular para los traders de CFD que buscan estabilidad durante los períodos inflacionarios.
- Yen japonés (JPY): Al igual que el franco suizo, el yen japonés es otra moneda que tiende a mantener su valor cuando la inflación y la incertidumbre económica aumentan.
- Acciones de servicios públicos: Las empresas de servicios públicos se ven menos afectadas por la inflación debido a la naturaleza esencial de sus servicios. Los CFDs sobre acciones de servicios públicos pueden proporcionar rendimientos constantes durante los períodos inflacionarios.
Sin embargo, operar CFDs, incluso sobre activos denominados "refugios seguros", conlleva un alto nivel de riesgo y puede no ser adecuado para todos los inversores. Los CFDs son instrumentos complejos que implican apalancamiento, lo que puede amplificar tanto las ganancias como las pérdidas. Es posible perder más que la inversión inicial, especialmente en condiciones de mercado volátiles. Aunque los activos refugio como el oro, los bonos del gobierno y ciertas monedas se consideran tradicionalmente estables durante la incertidumbre económica, sus precios aún pueden fluctuar significativamente, particularmente cuando se operan CFDs. Los inversores deben comprender completamente los riesgos involucrados, asegurarse de contar con estrategias adecuadas de gestión de riesgos y considerar buscar el consejo de un profesional financiero antes de participar en el comercio de CFDs.
Cómo operar durante la inflación
Para gestionar el riesgo de inversión durante la inflación de manera efectiva, se recomienda diversificar a través de varias clases de activos. Una estrategia equilibrada implica asignar inversiones a acciones, bienes raíces, oro y materias primas.
Adicionalmente, seleccionar acciones defensivas puede ser una decisión prudente, enfocándose en sectores menos susceptibles a la inflación, como los productos de consumo básicos, la atención médica y la energía.
Por último, en tiempos de aumento de tasas de interés, los traders pueden encontrar grandes ventajas especulando con monedas que se espera que se aprecien, especialmente aquellas a las que se les anticipa un fortalecimiento debido a los aumentos de tasas relacionadas con la inflación.
Puntos clave:
- Principales causas de la inflación: Demanda inducida, costos elevados, aumento de la oferta monetaria, inflación importada y expectativas de inflación.
- Efectos en los traders: La inflación puede causar volatilidad en los mercados de acciones y divisas, afectando el valor de las monedas y la rentabilidad de las empresas.
- Impacto en consumidores y empresas: El aumento de los precios disminuye el poder adquisitivo, mientras que los mayores costos de producción obligan a las empresas a ajustar los precios, lo que puede reducir la demanda.
- Inversiones protegidas contra la inflación: Considera los TIPS, las materias primas, las acciones defensivas y los bienes raíces para preservar el poder adquisitivo.
- Diversificación durante la inflación: Incluso cuando se opera con lo que algunos consideran activos "refugio seguro", es importante distribuir las inversiones en múltiples clases de activos, incluidos bienes raíces, oro y sectores defensivos, para gestionar el riesgo.
Tomando acción: Navegar la inflación con confianza
La inflación es una fuerza compleja pero vital que moldea los mercados económicos, el comportamiento de los consumidores y las estrategias de trading. Comprender sus causas, desde la inflación por demanda hasta la inflación por costos, pasando por la política monetaria y los eventos globales, es necesario para navegar por los impactos de la inflación en las empresas, los consumidores y los mercados financieros. Para los traders, la inflación introduce volatilidad, pero con las estrategias adecuadas—como diversificar las inversiones, centrarse en activos refugio y aprovechar los valores protegidos contra la inflación—existen oportunidades para proteger las carteras y capitalizar los movimientos del mercado.
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